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UN FRIOLENTO MIERCOLES

Foto del escritor: Kelly Catalina Condor PoloKelly Catalina Condor Polo

En estos momentos de la tarde, de un miércoles bastante “friolento”, nuestra profesora encargada en este momento de la clase en la que estoy, nos ha dejado un trabajo, que nos pusiéramos delante de un espejo, y escribiéramos lo que vemos delante. En mi caso, tengo mi espejo de pie al costado mío, en la pared de la derecha, al costado de la puerta de mi cuarto. Giro al costado, en dirección al espejo y me observo ahora sentada escribiendo este texto.

Veo mi rostro, las amigas de mi madre, que, por lo general, son las que más me lo dicen, opinan que las facciones de mi cara son bastante bonitas. Me dicen que, tengo cejas simétricas, grandes ojos, una nariz respingada y pues los labios formales, aunque algo que si nunca me han manifestado es que tengo bastantes lunares en mi rostro, aunque es normal, ya que son algo pequeños y aparte nunca alguien ha estado tan cerca de mi cara como para decírmelo. Cuando las amigas de mi madre me dicen estos bonitos halagos, no sé porque siempre solo me sale la palabra gracias, siento que debería de reconocer y saber apreciar más esas palabras.

También estoy vestida exactamente como salí a pasear a las mascotas de mi tía, le hago ese favor. Con una casaca de color verde, por culpa de este “friolento” miércoles, con su polera debajo para sentir ese calor que necesito, un pantalón marrón y mis pantuflas. La verdad es que también comprendo porque también tengo frio, no llevo medias, tiene sentido, pero mejor termino de escribir. Vuelvo a voltear hacia el espejo, pero ahora me paro, me veo un instante, me acomodo mis lentes y vuelvo a sentarme. Verme más de cerca me hizo darme cuenta de que mis granitos aún se notan, algo, pero se notan, aunque la verdad si se vieran o no, no me importa.

Están ahí porque deben estar, estoy en la adolescencia, es normal. Me acuerdo que ayer llore por una película, personas ancianas pasando por momentos difíciles me hacen llorar, una buena película que trate sobre las mascotas y lo importante que son en la vida de las personas que las tenemos también me hacen llorar, si se puede decir que soy sensible, pero también e pasado por cosas que me han hecho fuerte. Prefiero no escribirlas, porque sino llorare escribiendo esto. Siento que soy introvertida cuando debo serlo y extrovertida cuando estoy en confianza.

La verdad a esta altura de mi vida, que aun es corta ya que solo tengo 19 años, puedo decir que estoy feliz. Con esos halagos de las amigas de mi madre y de ella también, que yo también veo así, con el agradecimiento de tener ropa para poder sentir calor, a las mascotas de mi tía y las mías también, a mi físico que amo sea como sea y a este miércoles de hoy, este miércoles que estoy con vida, aunque con frio, pero estoy viva.



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