En un pueblo llamado Hipérbole había un niño llamado Marcelo, él tenía 12 años, era huérfano y por esa razón todo el pueblo lo veía mal porque no sabía leer ni escribir. Las personas de ese pueblo siempre se burlaban de Marcelo diciendo: lee lo que dice aquí, escribe me llamo Marcelo, entre otras cosas. Un día llego a la ciudad una mujer que era aventurera, se llamaba Fabiola. Ella era una persona muy noble, además era de una familia adinerada, pero nunca se fijaba en lo material.
Fabiola estaba caminando por la ciudad cuando se percató que había un niño tirado en medio de la pista, corriendo fue auxiliarlo y le pregunto dónde era su casa para llevarlo urgentemente, él respondió que no tenía hogar, que vivía en la calle. Ella muy preocupada le dijo a Marcelo, me puedes apuntar en una hoja como se llaman tus padres para ir a buscarlos, él respondió que no sabía escribir y además que no tenía idea de quienes eran sus padres. La joven se puso a llorar y abrazar al niño, ya que no podía creer que alguien tan pequeño podía llevar una vida tan sufrida.
La señorita sin pensarlo dos veces se llevó a Marcelo a vivir con ella, el accedió al ir ya que no tenía nada en la ciudad. Los padres de Fabiola al ver el acto valiente de su hija; la apoyaron en todo y llamaron a los mejores profesores particulares del mundo para enseñarle a leer, escribir y manejar bien el uso de las mayúsculas, la coma y el punto y coma. Luego de un tiempo de tener profesores particulares y aprender a leer y escribir.
Fabiola decidió meter a Marcelo a una escuela particular sin saber cómo reaccionaría frente otras personas, porque Marcelo solo había tenido contacto con los padres de Fabiola, Fabiola y sus profesores particulares. Él tenía miedo de hablar con otras personas, puesto que tenía traumas por el desprecio que le habían hecho cuando era más pequeño. Fabiola le dijo: es hora de afrontar el pasado y perdonar a las personas que fueron malas contigo, es malo llevar un corazón con odio en la vida, yo confió en ti y siempre voy estar para lo que necesites.
Marcelo muy feliz por las palabras de su madre adoptiva fue con una vibra positiva a estudiar sin miedo a nada, en su colegio conoció a un profesor de comunicaciones llamado Atlas, el comenzó a seguir a este profesor constantemente, ya que le interesaba mucho este curso. Atlas al ver el entusiasmo de su alumno le prestaba libros como “el arte del punto y coma”, “la importancia de la comunicación en el mundo”, etc. Luego de 10 años, Marcelo saco su primer libro llamado: “A veces el destino te sonríe” y entendió que la vida es impredecible, un día eres humillado por no saber leer ni escribir y otro día sacas una obra de arte apreciada por la crítica.
AUTOR: Ronaldo Cipriano Layza
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